La carta de bebidas de un restaurante es mucho más importante de lo que en un principio pueda parecer. Es una herramienta fundamental para proporcionar a los clientes una experiencia completa y satisfactoria. Con ella podemos ofrecer un maridaje correcto y adecuado que aumentará la satisfacción del cliente, lo que puede llevar a un aumento de ventas y de la reputación del establecimiento. Veamos algunas sugerencias para mejorar la carta de bebidas de un restaurante.
Definición del cliente
El primer paso es tener claro qué tipo de establecimiento somos, cual es nuestro ambiente y por tanto cual es el perfil de nuestro cliente. No tendrá la misma carta de bebidas un restaurante dirigido a familias, con una mayor diversidad de bebidas para todas las edades, que un bar para gente joven, con mayor diversidad de cervezas y/o espirituosos de moda, o que un restaurante con un menú de elaboraciones gourmet, cuya carta de vinos será más extensa y estudiada.
Por tanto es importante saber qué espera el cliente de nuestra carta de bebidas, potenciando aquellas que sean más demandadas o incluso experimentando con bebidas nuevas que puedan actuar como un elemento difenciador respecto a la competencia, pero siempre teniendo en cuenta que deben encajar con nuestro tipo de establecimiento.
Variedad equilibrada con estructura sencilla
Tener una amplia variedad de tipos de bebidas nos permite llegar a un público más amplio. Enfocarnos más en un tipo de bebidas nos permite especializarnos y poder ser referente en la zona. Según sea nuestro establecimiento, tenderemos más hacia un lado u otro.
En todo caso, la carta debe tener siempre una determinada variedad de bebidas, en las que se encuentren las opciones sin alcohol (refrescos, aguas, zumos, etc).
La propósito es tener una carta sencilla, que se pueda ver de un simple vistazo. Una vez establecido qué bebidas se van a ofrecer, lo más adecuado es ordenarlas por categorías, según el momento de consumo:
- Para el desayuno/merienda se contemplarán los cafés, infusiones, batidos, zumos, etc.
- Para los aperitivos se ofrecerán las bebidas tipo vermut, espumosos o cócteles ligeros.
- Para maridar con la comida, tendremos las cervezas, vinos, refrescos y aguas. Esta carta podría ser variable, cambiando algunas de las bebidas según los platos que varíen del menú.
- Para la sobremesa, figurarán los cafés, infusiones, licores y espirituosos, con o sin alcohol.
Carta de bebidas atractiva
El diseño gráfico de la carta tiene que ir en consonancia con estilo que se haya utilizado en el resto de elementos del local. Siguiendo esa línea, buscaremos que la carta sea atractiva, añadiendo junto al texto las imágenes de las bebidas o utilizando iconos que muestren si puede adquirirse por botella o por vaso.
También se puede utilizar la información sobre la procedencia de las bebidas, si son locales o artesanales, para que ofrezcan una experiencia diferente.
Si el restaurante cuenta con un barman o un sumiller, su asesoramiento será muy recomendable, ya que permitirá ofrecer una carta de cócteles originales y un maridaje adecuado, respectivamente.
Tener una sección de bebidas estacionales, que varíen según la época del año, es otra forma de hacer una carta llamativa. Bebidas y cócteles más refrescantes para los meses de calor que cambien a bebidas con más cuerpo y bebidas calientes para los meses de menor temperatura.
Una vez que tengamos nuestra carta elaborada y finalizada, solo quedaría testearla con los clientes. Con el tiempo, sus opiniones y la demanda que hagan de las bebidas nos ayudarán a realizar los cambios necesarios para ajustar mejor la carta a sus gustos.